Mucho antes de que el cine existiera, el ingenio humano ya se había entretenido en descubrir la manera de crear ilusión de movimiento mediante la secuencia animada de dibujos por diversos mecanismos. Algunos de ellos terminaron siendo juguetes ópticos destinados especialmente a los niños, como los zoótropos o la linterna mágica.
Hoy día, la fascinación por aquellos primitivos ingenios sigue vigente, algo que comprobamos cada vez que salimos a proponer los ejercicios creativos de este taller. El paso veloz de las páginas de un folioscopio o flipbook, la rotación de un disco en el fenaquistiscopio o el volteo rápido de las dos caras de un pequeño taumatropo otorgan vida a los dibujos inanimados. Por medio de técnicas al alcance de cualquiera (a partir de 8 años) los participantes realizarán sus propios diseños siguiendo modelos y patrones a completar.